"Las siguientes
probabilidades son tomadas de
Peter Stoner en Science Speaks (Habla la Ciencia, Moody Press, 1963)
para demostrar que una coincidencia como explicación del cumplimiento
de las profecías por Jesús queda descartada por la ciencia de las
probabilidades.
Dice Stoner que,
empleando el cálculo de probabilidades
con referencia a ocho profecías, «Hallamos que la probabilidad de que
cualquier hombre que hasta ahora haya vivido pudiese haber cumplido las
ocho profecías es de 1 en 1017." Esto corresponde a 1 dividido 100 000
000 000 000 000. Para ayudarnos a comprender lo abrumadoramente bajo de
esta probabilidad, Stoner la ilustra suponiendo que "tomamos 1017
dólares de plata y los repartimos sobre el estado de Texas. Cubrirían
todo el estado con una profundidad de 60 centímetros. Ahora marcamos
una sola de las monedas y la mezclamos bien con las otras, en todo el
estado. Cubrimos los ojos de un hombre y le decimos que puede viajar
tan lejos como quiera, pero tiene una sola oportunidad para levantar
una moneda y que sea la marcada. ¿Qué probabilidad tendría de acertar?
Exactamente la misma probabilidad que hubiesen tenido los profetas de
escribir estas ocho profecías y que todas ellas se cumpliesen por azar
en un mismo hombre cualquiera.
Stoner considera
48 profecías y dice: "Hallamos que
la probabilidad de que cualqier hombre cumpliese las 48 profecías es de
1 en 10157, o 1 dividido 100 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000.
El número total
estimado de electrones en todo
el universo es de aproximadamente 1079. Debiera ser muy evidente que
Jesús no cumplió las profecías por accidente.
Las Profecías son una razón para Creer
Conocí a un joven de cultura judía que aceptó a Jesús cuando se dio
cuenta
de que la venida y la vida de Jesús estaban anunciadas en la Biblia.
Existen más de 300 profecías en el Antiguo Testamento que hacen
referencia a Jesús.
Citemos, por ejemplo, el lugar de su nacimiento (Miqueas 5:2),
su nacimiento virginal (Isaías 7:14),
su entrada triunfal en Jerusalén (Zacarías 9:9),
su muerte mediante crucifixión (Salmo 22:16),
su entierro en la tumba de un hombre rico (Isaías 53:9),
su resurrección (Salmo 16:10-11).
El mismo
Jesús, antes como después de su resurrección,
explicó el sentido de su misión refiriéndose a pasajes del Antiguo
Testamento
concernientes a él. Por ejemplo, dijo a dos de sus discípulos que iban
a Emaús:
“¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara
en su gloria?
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas,
les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas
24:25-27).
La
profunda razón de su muerte fue dada varios siglos antes:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por
su camino;
mas el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6).
Cada uno de nosotros seguía su propio camino de independencia,
pero Dios castigó a Jesús en nuestro lugar para que fuese nuestro
Salvador.
“De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él
creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:43).
(amen-amen.net)
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