Porque en el día de
la aflicción él me resguardará en su morada;
al amparo de su tienda me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una
roca.
Salmo 27:5
Bendito sea el
Señor, que ha oído mi voz suplicante.
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él
recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
Salmo 28:6-7
Sólo en Dios halla
descanso mi alma; de él viene mi salvación.
Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de
caer!
Salmo 62:1-2
Aunque pase yo por
grandes angustias, tú me darás vida;
contra el furor de mis enemigos extenderás la mano:
¡tu mano derecha me pondrá a salvo!
El Señor cumplirá en mí su propósito.
Tu gran amor, Señor, perdura para siempre;
¡no abandones la obra de tus manos!
Salmo 138:7-8
No temas, que yo te
he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
Isaías 43:1-2
imágenes
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite!
Él es mi protector y mi salvador.
¡Tú me salvaste de la violencia!
2 Samuel 22:2-3
El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable.
Escudo es Dios a los que en él se refugian.
¿Pues quién es Dios, si no el Señor?
¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
Es él quien me arma de valor y endereza mi camino;
2 Samuel 22:33